25 de junio de 2010

Los primeros días...

Hoy cumplo 3 años viviendo aquí en Australia.

I see the eye


Llegué a estas tierras australianas en un día húmedo de junio. Eran cerca de las seis y tanto de la mañana cuando salí del aeropuerto; mi padre estaba manejando y yo estaba platicándole y viendo a mis alrededores. Ya había ido a Sidney anteriormente, así que ya muchos de los edificios que vi ya reconocía. Pero aquel día fue bastante interesante.

A esas horas de la mañana el sol andaba a un ángulo bastante bajo en el cielo. El aire era frío, áspero y seco. Estaba lloviendo esporádicamente por la ciudad y se podían ver arcoiris. Fracciones de los arcoiris aparecían múltiples veces durante el transcurso de nuestro camino. Habrán sido algún tipo de señal o algo? Pasamos por el puente de Harbour y me sentí más vivo como nunca. Estaba a punto de empezar un nuevo episodio en mi vida, el cual cambiaría mi vida por siempre.

Así pues, llegué a mi casa en la región de Northern Beaches de Sidney. Mi padre obvio estaba muy feliz por tenerme así que me ayudó a llevar mis maletotas a mi cuarto. La casa estaba fría y silenciosa. Todavía me puedo acordar del sonido que mi maleta hacía contra el suelo cuando pasé por el pasillo hacia mi cuarto. Mi cuarto era pequeño pero no importaba. Mi padre me dio un teléfono celular (posiblemente el mejor celular que he tenido en mi vida), un guía de la ciudad y se fue a prepararme un bocadillo. Yo me senté en la cama y no pude contener mi sentimiento de felicidad.

Ese mismo día fuimos a varios bachilleratos en la zona para hablar con sus respectivos directores y para averiguar cuál sería el mejor lugar para mi.

Te has de preguntar porque fui a hacer algo de manera tan inmediata después de mi arribo, después de un viaje de +24 horas y de estar en dos continentes en un mismo día. Mi padre descubrió un método para poderse ajustarn rápidamente a cambios de horario después de un viaje transcontinental. Dependiendo de la hora en que llegas a tu país de destino, tienes que quedarte despierto por todo el día. Es difícil, porque vas a terminar increíblemente cansado después de unas cuantas horas. Uno tiene que hacer algo físico, caminar, ir de compras, algo que te mantenga alejado del sofá o la cama. Supongo que es preferible no consumir mucho alcohol, y obviamente consumir alguna droga ilícita sería una mala idea. Y cuando caiga la noche puedes dormir. El día siguiente te despertarás a una hora como cualquier otra mañana, y tu reloj biológico se ajustará rápidamente.

Regresando al tema, ese día fue bastante vital para mi futuro. Tuve que decidir a cuál escuela ir, a pesar de que no sabía nada sobre cómo esas escuelas eran en cuanto a calidad de educación y cómo eran los alumnos. Decidí ir a una escuela que tenía una población de alumnos muy variada, con muchas personas de otros países. Pensé que el multiculturalismo sería algo bueno, en vez de ir a una escuela que era en su mayoría australiana.

Y vaya que fue una excelente decisión. La escuela que elegí era en realidad la mejor opción. Las otras escuelas no eran tan buenas, y los alumnos no eran tan buenos tampoco. Cuando había llegado a Australia ya había acabado el segundo parcial en los bachilleratos, así que tuve un período de vacaciones. Fui a varios lugares cerca de mi casa y al centro de Sidney. Como siempre, Sidney me parecía un lugar excelente, puro y lleno de vida.

A mediados de julio empecé a tomar clases. En los últimos días de mis diecisiete años de edad, entré al bachillerato en el tercer parcial del año 10. Entrar al año diez también fue una buena decisión, porque dos años después estaría preparándome para los exámenes finales del HSC; aquellos exámenes pueden definir si vas a la universidad o no.

Y lo que más me impresiona es que me volví School Captain, algo como el presidente de la escuela, de esa misma institución un año y medio desde que llegué al país.

Vaya que mi vida ha cambiado.

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