Ciertamente,
está lloviendo muy fuerte, y mucho.
No es común en Sídney que llueve tanto.
Casi cualquier día en esta ciudad es hermoso: el Sol brilla fuerte, el aire es agradable y a veces hay una ligera brisa.
Pero de vez en cuando tenemos días como estos, cuando el cielo se nos viene encima, todo es miserable en apariencia.
Y de algún modo, la ciudad ya no opera al mismo ritmo.
Pero después de la tempestad renace el mundo. Y la ciudad vuelve a latir con fuerza y vitalidad.
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